viernes, 8 de marzo de 2019

8 M. Paro Internacional de Mujeres. La Columna de Mica Minelli: "8 de Marzo es la Fecha, pero los Días son Todos."


(Por Micaela Minelli, Especial para Quinto Poder Conurbano)  Es 8 de marzo, no pude parar en el laburo, la cosa está complicada viste, no quiero darles pie para que hablen. Ya bastante rebelde piensan que soy. Ya bastante hincha pelotas me consideran, y es que hay chistes que no me causan. Hay comentarios que no me van. Y se los digo, eso no les gusta.
No somos muchas mujeres en mi laburo, es más un ambiente “masculino”, y se nota. Se siente. Cuando los varones se encuentran en el comedor para almorzar, una es invisible. Abundan los chistes sobre la homosexualidad, las quejas sobre las novias, y las conversaciones sobre las “cogidas” que se pegan en el fútbol.


* El año recién empieza, pero ya son por lo menos 45 los femicidios y los 15 travesticidios cometidos según los datos que algunas ONGs han podido recaudar basados en aquellos casos que salen en los medios de comunicación, lo que nos indica que el número real probablemente es bastante superior. Eso es lo que pienso cada vez que los escucho. En lo insensibilizados que están sobre lo que está pasando. Sobre la realidad. Y en que no son los únicos a los que no les interesa la situación de urgencia en la que estamos viviendo, o muriendo.

* Pienso en la cantidad de gente a la que le va a molestar que hoy cortemos la calle y nos paremos ahí con nuestros carteles y nuestros pañuelos verdes.
Pienso en los novios de mis amigas que no las quieren dejar ir al paro, todavía creen que las mujeres tenemos que quedarnos en casa.
Pienso en los médicos y médicas que se declaran “objetores de conciencia” y se niegan a salvarle la vida a una niña violada, prefieren someterla a la tortura de gestar.
Pienso en aquellos padres y madres que no acompañan a sus hijes en su elección sexual o identitaria.
Pienso en los periodistas que cubren los casos de violencia machista desde el prejuicio, la revictimización, con una irresponsabilidad que pareciera no preocuparles.
Pienso en los funcionarios públicos elegidos por el pueblo que siguen permitiendo esta situación, desfinanciando cada programa de contención y prevención de la violencia machista.
Pienso en los senadores que nos negaron el derecho fundamental a elegir el destino de nuestras vidas.
Pienso en todo lo que nos falta, lo que todavía no vimos. Lo que nos queda por discutir, por pelear, por ganar.
Pienso en cada varón que cree que puede hacer lo que quiere con nosotras.
Pienso en todas las violencias que soportamos todos los días y el cuerpo se me llena de ira y angustia.

*Pero al mismo tiempo pienso en las que estamos despertando, en las que empezamos a ser protagonistas de nuestras vidas. En las que dejamos de hacer lo que los demás esperaban de nosotras para hacer lo que realmente queríamos.
Pienso en las amigas, las compañeras, las hermanas que nos presentó esta lucha, esta forma de ver la vida.
Pienso en las palabras de aliento, en los abrazos, en las canciones, en los mates compartidos.
Pienso en esa piba que tomó la decisión de terminar una relación tóxica y empezar a construir su vida desde sus propios deseos.
Pienso en esa mamá que quiere dejar otro ejemplo para sus hijes y sale a pelear por sus derechos.
Pienso en quien se anima a afrontar a sus viejos y decirle quién es y qué eligió para su vida. 
Pienso en todas las valientes que no tienen miedo a plantarse y denunciar las injusticias de este sistema.
Pienso en que fuimos ganando espacio, fuimos aprendiendo a decir que “no es no”, a dejar de tolerar cosas que nos lastiman.
Pienso en las pibitas, de 13, 14 años que son furia y convicción, la revolución de las hijas.
Pienso en las nuevas masculinidades, los que saben callar y escuchar para aprender de esta lucha.
Pienso que falta, pero que es por acá.

El 8 de marzo es la fecha, pero los días son todos.

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