(Por Mica Minelli*, Especial para Quinto Poder Conurbano) Nahuel Rojas está detenido y es el principal sospechoso por la muerte de su pareja embarazada de 8 meses con quien tenía otro hijo de 1 año y medio. El cuerpo de la mujer presentaba rastros de asfixia. El fiscal que lleva la causa sostiene que "Hay elementos de sospecha suficientes que marcan la alta probabilidad" de que Nahuel sea el asesino.
Dante Emiliano Aguirre tenía una orden judicial de restricción que violaba de manera sistemática. “Si algo les pasa a las chicas o te llego a ver con otra persona, te voy a cagar matando” le dijo a su ex pareja dos meses antes del crimen. Tenían dos hijas en común. “Estaban separados, pero él la tenía amenazada, la había golpeado con anterioridad, y la hostigaba.” De una puñalada murió su ex pareja.
Marcelo López está detenido e imputado de homicidio calificado por el vínculo y por el uso de arma de fuego. Su ex pareja murió de un disparo en el cuello. Tenían tres hijos. Había una causa previa por amenazas y lesiones leves.
¿Alguna vez leíste estos nombres? ¿Conocés la historia de estos “presuntos asesinos”? ¿Sabés quiénes son? Ajá, veamos por qué.
Me costó bastante dar con estos nombres, en muchos casos la identidad de los sospechosos está resguardada, ni hablar de acceso a algún tipo de información personal. Lo que sí encontré casi automáticamente son datos de las víctimas, de las mujeres fallecidas, direcciones exactas de sus domicilios, nombres y edades de sus hijos, qué hacían en sus ratos libres, costumbres, de qué trabajaban, qué estudiaban, qué lugares frecuentaban y demás; todo para que nos demos una idea de qué tipo de personas eran. Y sospecho, que así juzgar si tenían merecido o no el desenlace trágico.
Nadie olvidará jamás el titular extremadamente misógino que publicó el diario Clarín tras el femicidio de una chica de 17 años “Una fanática que los boliches que abandonó la secundaria” Y el cuerpo de la noticia no es mucho mejor, describe la vida de la víctima y de su familia desde el prejuicio y la absoluta frialdad con la que sólo un periodista policial y amarillista puede referirse a cuestiones sensibles para la sociedad como lo es la desaparición y asesinato de una adolescente.
¿Cómo llegamos a que uno de los diarios más importante del país sienta que tiene el derecho de exponer, juzgar y humillar a una joven (en ese entonces) desaparecida? ¿De qué lado nos paramos lxs espectadores cuando un caso como este conmociona a la sociedad? ¿Cuál es el rol de lxs comunicadores ante estas situaciones?
Un buen ejemplo de cómo deberían ser las cosas es el caso de Fernando Pastorizzo, o para que sepan de qué hablo debería decir, el caso Nahir Galarza. Ahora sí. ¿Qué sucedió con el tratamiento mediático? ¿Cuáles fueron los tiempos de la justicia? ¿Funciona así en todos los casos de asesinatos de parejas?
Podríamos decir que los medios, la justicia y la sociedad salieron rápidamente a pedir explicaciones. Sólo basta con escribir las primeras dos letras del nombre de la presunta asesina para que el buscador te devuelva el nombre completo (primera diferencia con los casos citados al comienzo de la nota).
De Nahir conocemos todo. A lo largo del juicio hubo decenas de notas relacionadas a sus hábitos, su familia, lo que pedía en la cárcel y demás datos que hacen de la noticia la espectacularidad característica de la profesión. ¿Cuál es la diferencia con los otros sospechosos de los que hablábamos antes? ¿Por qué cuesta tanto conocer datos de ellos y de Nahir no?
El caso tuvo un tratamiento excepcional, la justicia actuó bastante rápido y firme, teniendo en cuenta que el femicida, Jorge Mangeri, tuvo una sentencia luego de 2 años de juicio, siendo éste uno de los casos de más repercusión mediática, si hablamos de casos que han recibido una sentencia, porque también tenemos a Matías Farías y Juan Pablo Offidani, imputados por "abuso sexual agravado y femicidio" que aún no reciben su condena. Además podemos mencionar al ex sargento Ricardo Panadero que pudo gozar de su libertad 17 años después del crimen de una adolescente de 15 años aun sabiendo que un vello púbico “con una equivalencia del 97% de compatibilidad” lo ubica en la escena del crimen.
¿Sabés cuál es la diferencia? La vara del patriarcado, mientras los asesinos, violadores, empaladores, abusadores siguen sueltos y anónimos. Las familias de las mujeres asesinadas siguen soportando la revictimización de los medios y los oídos sordos de la justicia. Entretanto el diario Clarín titula otra nota “Angelical para algunos. Diabólica para otros. Atractiva para la mayoría” Porque cuando el que mata es un varón, se lo protege, cuando es una mujer, se la sexualiza.
En esta nota no intento desculpabilizar en lo más mínimo a la asesina condenada por la justicia, simplemente poner en cuestión el tratamiento mediático que recibió este caso y someterlo a comparación con aquellos de femicidios, demostrando cómo opera el machismo de los medios de comunicación al diferenciar el abordaje entre un caso y los otros.
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* Comunicadora Social. Militante Feminista. Co-conductora y productora de Viva La Matria en F.M. En Tránsito
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