Somos la mayor parte del
equipo de profesionales de asistencia que trabaja en el Centro “Vivir
sin Violencia” dependiente de la Dirección de Políticas de Género y
Diversidad Sexual del Municipio Morón, dispositivo que asiste de manera
integral, acompañando, conteniendo y asesorando a mujeres que transitan
situaciones de violencia de género, como así también a personas de la comunidad
LGBT. Sentimos necesario poner nuestras voces, ya que se están difundiendo
discursos que no reflejan nuestro posicionamiento ético profesional.
Nuestro compromiso es
hacia las mujeres y la comunidad LGBT, trabajamos para la deconstrucción de las
prácticas patriarcales que nos atraviesan socialmente y afectan nuestros
modos de construir vínculos. Nuestras intervenciones apuntan a acompañar y
respetar el proceso personal de desnaturalización de la violencia hacia las
mujeres y la comunidad LGBT, conforme lo establecido por la normativa Nacional
y Provincial.
Desde la perspectiva de
géneros, consideramos que nuestro trabajo debe abordarse desde un enfoque
interdisciplinario como modalidad de socializar las intervenciones, generando
líneas de acción en la que lxs profesionales nos construimos habitualmente y en
articulación con distintos efectores (equipos de trabajo), con los que
elaboramos otras posibles intervenciones, evitando de esa manera la
sobre-intervención.
Consideramos que todo tipo
de violencia, y en particular la violencia de género y la violencia hacia la
comunidad LGBT, es una problemática histórica, socio-cultural, compleja que
atraviesa todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Atendemos por mes
aproximadamente 200 personas, siendo la mayoría de ellas mujeres que residen en
el Partido de Morón, y así también de otros Distritos. Todas las situaciones
que viven las personas que se acercan al Centro “Vivir sin violencia” las
consideramos urgentes, de riesgo potencial. Quienes se acercan al Centro son
entrevistados/as por los/las profesionales escuchando, respetando su relato y
asegurando la confidencialidad.
Al poco tiempo de haber
asumido la Sra. Liliana Romero el cargo de Directora de la Dirección de
Políticas de Género y Diversidad Sexual, los distintos equipos
profesionales que transitaron por el Centro Vivir sin Violencia, han
manifestado situaciones de violencia institucional. DIchas situaciones
comprenden los tipos de violencia psicológica, como amenazas y hostigamiento;
violencia simbólica y violencia ambiental.
Al hablar de violencia
institucional nos referimos a las situaciones concretas que involucran los tres
componentes planteados por los DDHH para concebirla como tal: prácticas
específicas, funcionarios públicos y contextos de restricción de autonomía y
libertad. Los siguientes son algunos aspectos que adoptan las formas de
violencia en las que el equipo está inmerso:
·
Violencia Psicológica: es la que causa daño emocional y
disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo
personal y/o profesional o que busca degradar o controlar las acciones,
comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso,
hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación y/o
aislamiento. Incluye también la responsabilización, vigilancia constante,
exigencia de obediencia o sumisión, coerción verbal, persecución, insulto,
indiferencia, abandono, chantaje, ridiculización y limitación del derecho de
circulación o cualquier otro medio que cause perjuicio a la salud psicológica y
a la autodeterminación.
·
Violencia Simbólica: es la que (a través de patrones
estereotipados, mensajes, valores o signos) transmita y reproduzca dominación,
desigualdad y discriminación en las relaciones.
·
Violencia ambiental: es la que se ejerce a través de objetos o
cosas.
Dicha situación de
violencia institucional afecta directamente a las mujeres que asistimos y a la
comunidad LGBT. Algunos/as profesionales son desvinculados/as y otros/as se ven
forzados/as a renunciar debido a la violencia institucional en la Dirección de
Políticas de Género y Diversidad Sexual.
A continuación exponemos
algunas situaciones que reflejan la violencia institucional y laboral que
recibe nuestro equipo profesional:
·
Reducción de personal sin el ingreso de profesionales nuevos: esto
hace que el trabajo aumente de manera considerable durante la jornada laboral
de 08 a 20 Hs.
·
Aumento de trabajo: al no respetarse las condiciones de trabajo
por las cuales fuimos contratados, aumenta de manera relevante la cantidad de
ocupaciones laborales. Demanda que es asistida, contenida y asesorada por el reducido
equipo interdisciplinario del Centro Vivir sin Violencia, tanto en la atención
de turnos así como la demanda espontánea, pese a la respuesta y compromiso del
equipo la Directora aumenta la presión y acoso hacia los profesionales, así
como cuestiona el criterio de los mismos tanto dentro como fuera de su horario
laboral.
·
Utilización del equipo profesional para la asistencia de
situaciones que no corresponden con los objetivos del Centro Vivir sin
Violencia, y que corresponden a otras áreas de la política pública;
sobrecargando así el trabajo y demandando horas extras que no son remuneradas.
Además de ser acosados/as telefónicamente para la resolución de éstos
conflictos.
·
La negativa en cuanto a nuestras solicitudes de pedido de Licencia
Complementaria, conforme el Decreto N° 1894/2012. Solicitud que fue negada y/o
demorada por la Directora sin ningún tipo de justificación.
·
Persecución ideológica a lxs trabajadoras del Centro Vivir
sin Violencia. Ante cualquier crítica o discrepancia de opinión frente al
criterio laboral se cuestiona la procedencia política de lxs trabajadoras sin
tomar en cuenta que las diferencias tienen que ver con el abordaje para una
mejor condición para las mujeres que se atienden en el centro.
·
Violencia verbal y agresiones en diferentes oportunidades hacia el
equipo de trabajo y la coordinación habiendo mujeres presentes esperando para
asistirse, generando un clima de violencia en el espacio donde esperan ser
contenidas.
Además de las dificultades
en cuanto a la situaciones laborales, también se obstaculiza el trabajo frente
a la falta de criterios profesionales en cuanto a la problemática que
abordamos. En varias oportunidades la Directora de Políticas de Género y
Diversidad Sexual, Liliana Romero, nos ha exigido que debemos de asistir varones así como darle
seguimiento “porque ellos también sufren la violencia de género”.
En varias ocasiones la
directora abusó de su poder sobre la coordinación y sobre los acuerdos del
equipo profesional sobre el abordaje de las problemáticas de las mujeres,
dificultando la tarea y el acompañamiento necesario de las mujeres en su
situación de vulnerabilidad. Asimismo, la Directora Liliana Romero no ha respetado el espacio de
Supervisión de los profesionales, fundamental no sólo para el análisis de casos
graves sino también para el intercambio y apoyo dentro del equipo
interdisciplinario así como para el desarrollo de nuevas herramientas
necesarias para la temática con la que trabajamos.
Frente a la desvinculación
injustificada de la coordinación a cargo de Melina Gilardoni, y ante la
negativa de motivos de la rescisión y ante la designación de una nueva coordinadora
general que desconoce de conceptos fundamentales dentro de la perspectiva de
género,
el equipo de profesionales vemos necesario solicitar explicaciones de
los hechos y respuestas que beneficien a la política pública del Centro
vivir sin violencia llevada a cabo desde el Municipio de Morón y así una mejor atención
para las mujeres y colectivo LGBT que concurren cotidianamente a asistirse.
Equipo Profesional
del centro vivir sin violencia
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