(Morón Sur, 2/12) Mientras son velados los restos de César Corvalán en la sala «Pache» de la avenida Eva Perón (ex Pierrástegui) de Morón sur, a escasos metros de la residencia militar de la gobernadora María Eugenia Vidal, la policía bonaerense anunció la captura de los hermanos Ezequiel y Maximiliano Campero (foto), principales sospechosos de haber cometido el asesinato de su vecino, luego de que éste pidiera auxilio en la garita de seguridad de la plaza del Barrio Manzanar de Morón Sur, sin que los efectivos policiales le prestaran asistencia.
Una Disputa que terminó de la Peor Manera.
Corvalán y los Campero habían mantenido disputas previas a que Ezequiel Campero, hijo de un barrabrava del Deportivo Morón, le efectuara un disparo en la cabeza (según expresaron varios testigos del hecho). Maximiliano, conducía el vehículo en el que su hermano se dio a la fuga luego del terrible hecho.
Los Tiempos de la Justicia en un Estado Ausente.
La justicia había determinado el allanamiento de la vivienda de la familia Campero para la semana próxima en una investigación judicial por "tráfico e estupefacientes" pero, antes de ello, la tragedia se hizo presente de una manera virulenta. El enfrentamientos entre los vecinos de uno de lo barrios más pobres de Morón Sur se hizo notar como nunca: Un muerto, dos detenidos acusados del asesinato, un velatorio doloroso y un Estado ausente, más preocupado en garantizar la seguridad del G 20 que la de sus conciudadanos. Esto es Argentina. Esto es Morón sur.
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