(De Nuestra Redacción) Darío Silva, secretario general de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Morón y trabajador del Hospital del Posadas, terminó convertido en el jefe de una fuerza de choque del gobierno Macrista que lo utiliza para amedrentar a todo aquel que se oponga a las políticas de ajuste del gobierno nacional, provincial y/o local.
Ayer fue denunciado por distintos sectores políticos y sindicales por la agresión sufrida por Eliana Farías, delegada del Hospital de Niños de La Plata, golpeada durante un congreso provincial de la ATE, y que recibió tal golpiza que terminó internada en terapia intensiva, peleando por su vida.
Increíblemente para unos y razonablemente para otros, desde que Cristina Kirchner dejó su presidencia en diciembre de 2015, Silva se alineó automáticamente con Mauricio Macri.
En las primeras acciones difamatorias del gobierno nacional contra el personal del Hospital Posadas, seguidas por despidos masivos de médicos, enfermeros y empleados; Silva optó por ponerse del lado de la patronal. Pactó con el juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, la militarización del hospital. Avaló las escuchas telefónicas a los trabajadores, permitió el ingreso de las fuerzas federales de seguridad y asumió un compromiso: "Si vos me garantizás la paz social, que no me cortan la autopista, yo a vos no te toco", dicen que le espetó el juez Rodríguez.
Silva aceptó el convite. Y más: Comenzó a darle a los funcionarios del Ministerio de Salud los nombres y apellidos de trabajadores que organizaban asambleas y un acampe para resistir a los despidos. Su pacto con el gobierno fue más allá y el mismo día en que el ex esposo de la gobernadora María Eugenia Vidal, el intendente de Morón Ramiro Tagliaferro, lanzó una ola de despidos en el municipio, Silva fue hasta el despacho del jefe comunal para posar en una foto, avalando los despidos y desafiando a quiénes pretendieran enfrentarse a los gobiernos de derecha.
Silva y Tagliaferro en abril de 2016 durante el primer gran ajuste del mandatario moronense (Foto Gentileza Trabajadores del Posadas) |
Hace unos meses, su patota agredió a palazos y trompadas a enfermeros del Hospital Posadas y ayer mandó a la terapia intensiva a una delegada que lo único que expresó fue la necesidad de lanzar un plan de lucha para frenar los despidos masivos que, en todo el país, está a punto de lanzar el gobierno de Mauricio Macri. Para su violento accionar, Silva cuenta con el aval político de los ministerios de Salud y Seguridad de la Nación y del intendente Ramiro Tagliaferro, y la protección de la justicia federal de Morón mientras él le garantice que no cortará la autopista.
Hoy, «El Gordo» Silva, puede caminar los pasillos del Posadas sólo porque lo acompañan los agentes de la Gendarmería Nacional. Mientra tanto, el gobierno prepara una nueva tanda de 102 despidos.
Delegado de ATE Morón Escrachado en Asamblea en el Posadas
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